El aumento de mamas es una de las cirugías que con más frecuencia hacemos los cirujanos plásticos. Has de tener en cuenta que el pecho es, en estos momentos uno de los símbolos de belleza y femineidad en nuestro medio, y es por eso que la cirugía mamaria en general, es la cirugía más demandada en mi consulta y en la de mis compañeros cirujanos plásticos.
A pesar de que en nuestra práctica diaria poner cada día implantes anatómicos, redondos, en los diferentes planos y por las diferentes vías de acceso el resultado «final» sumando la variación anatómica de cada paciente y nuestra experiencia, a veces, aún te sorprende. ¿De qué manera? Pues, muchas veces en el volumen final intraoperatorio.
A veces queda un poco más de lo que habías previsto o, a veces, menos. Y la variabilidad puede estar en que la piel sea un poco más elástica y la prótesis se acomoda de forma perfecta, armoniosa y aparentando un poquito más de volumen del previsto. Otras veces te encuentras con pieles jóvenes, poco elásticas que «aprietan» el implante y cuesta más tiempo de evolucionar hasta un resultado más natural. De entrada parece que la talla es más pequeña de lo pactado, y sin embargo al cabo de tres meses en la consulta se ven más grandes, es como si se mostraran «hacia afuera».
Después de 20 años haciendo aumento de pechos, aún hay resultados que no te esperas o cuando menos te sorprenden. Y, estoy hablando de resultado «in situ», en la sala de operaciones, y con muchos casos trabajados.
Para ti, que es tu pecho y tienes la expectativa de tu resultado, todavía es más complicado. A las 24h de la intervención que será cuando tu te veas por primera vez el resultado es el momento en que más inflamación se ha producido, y esto hará que te veas el pecho un poco más grande, pero sobre todo más duro, sin movilidad, como disparado hacia adelante.
A medida que baja la inflamación lo que ocurre es que empiezas a recuperar sensibilidad, te lo empiezas a notar, se empieza a mover, y a coger una forma más bonita y natural. En realidad de volumen baja muy poco, pero ocurre un fenómeno psicológico muy importante. De entrada tu te verás mucho volumen, porque pasamos de 0 a 10 en una hora, es decir, tu imagen corporal es «sin pecho» y te despiertas de una hora de anestesia con la talla de pecho deseada, y por lo tanto te ves «mucho volumen», aunque no es la realidad.
El volumen es el que corresponde a tu pecho, sumado al volumen de prótesis colocado. Este es un hecho medible, previsible y cuantificable, pero luego está tu percepción subjetiva del volumen. Pasados unos días o semanas según cada paciente, te acostumbras a tus nuevas mamas, se te olvida la imagen previa, y empiezas a pensar que quizás te habrías puesto una talla más.
Esto nos lleva a la idea de que no cambia el volumen, lo que cambia es tu percepción acerca de ese volumen. Es como un trabalenguas, pero real, lo veo cada día en mi consulta.
Resumiendo: La inflamación aumenta muy poco el volumen de pecho real, pero al cabo de 2-3 semanas, vamos recuperando la sensibilidad, movilidad y elasticidad cutánea en la zona. Poco cambia el volumen, pero tú en este tiempo te has acostumbrado a tu «nueva imagen corporal», y como queda un pecho muy natural es cuando te preguntas si no debías haber te puesto un poco más.
Ahí está tu cirujano plástico, para mostrarte las fotos del antes y del después de la cirugía para que valores el cambio. A mi me funciona, mis pacientes se quedan tranquilas y satisfechas cuando analizamos esta situación.
Es muy importante la visita previa, explicar lo que deseas a tu cirujano plástico y que éste te entienda a la perfección, sobre todo, en lo referente al volumen final que quieres conseguir.
¿Sabes cuál es mi criterio? De lo que cabe por medidas anatómicas de implante siempre pongo un poquito más, unos gramos más… porque hasta la fecha no tengo pacientes que me hayan dicho que «me he pasado» en volumen, y algunas si se hubieran puesto un poquito más.